Entre 2006 y 2010 Shakira residió de forma permanente en las Bahamas, donde era favorecida por el complaciente régimen impositivo de las islas caribeñas. Para 2010, durante el Festival «Rock in Rio» conoció al futbolista Gerard Pique, con quien también coincidió en los preparativos del Mundial de fútbol celebrado en Sudáfrica en verano de ese mismo año.
En marzo de 2011, la cantante y el futbolista hicieron publico su noviazgo, estableciéndose en la ciudad de Barcelona, España. No obstante, la cantante colombiana siguió declarando a las autoridades fiscales españolas, que a efectos fiscales residía en las Bahamas, y no fue hasta 2015, cuando cambió oficialmente su residencia a España.
Sin embargo, las autoridades fiscales españolas afirman que en realidad residió en España desde 2011 hasta 2014. Incluso, señalaron, que compró una casa en Barcelona en 2012, donde vivió con Piqué y, finalmente, con sus dos hijos.
Por ley, las personas físicas se consideran residentes en España a efectos fiscales si pasan más de 183 días en España durante un año natural o si España es su foco o centro de intereses económicos.
Para demostrar que Shakira era residente de España, los fiscales siguieron a la cantante a los lugares que frecuentaba, como su peluquero, su entrenador personal y una escuela local donde se la observaba regularmente dejando a sus hijos. Los fiscales también verificaron los recibos de las tarjeta de crédito y rastrearon la actividad de Shakira en redes sociales, donde tiene más de 76 millones de seguidores.
Según la fiscalía, la artista pasó más de 200 días en España en 2012, 2013 y 2014, y de hecho no visitó su casa en las Bahamas ni un solo día durante ese tiempo.
Ahora, la fiscalía avanza con los cargos penales después de que Shakira rechazara un acuerdo de conciliación. Además de un tiempo significativo en prisión, las autoridades buscan 23,7 millones de euros en multas debido a la cantidad relativamente grande de dinero involucrada y al presunto uso de paraísos fiscales por parte de Shakira.
Por supuesto, el simple hecho de tener una cuenta en el extranjero no es un delito en la mayoría de los países, pero no informar de ese ingreso si lo es.
¿Qué significa esto para las personas corrientes?
Mucho. Cuando se trata de impuestos, la residencia es importante sin importar quién seas. La mayoría de los países, tienen reglas específicas para determinar la residencia a efectos fiscales.
En Estados Unidos por ejemplo, si la persona no es ciudadano, aún puede ser residente a efectos fiscales si cumple con la prueba de la tarjeta verde o la prueba de presencia sustancial para el año calendario.
La prueba de la tarjeta verde se verifica cuando los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. emiten una Tarjeta de residente permanente, o un Formulario I-551; y la prueba de presencia sustancial se basa en una fórmula, que consiste en estar presente durante 31 días durante el año en curso, más de 183 días durante el período de tres años que comprende el año en curso y los dos años inmediatamente anteriores, contando todos los días que la persona estuvo presente en el año en curso, 1/3 de los días que estuvo presente en el primer año antes del año en curso, y 1/6 de los días que estuvo presente en el segundo año antes del año en curso.
En Venezuela, la regla es que la persona permanezca en el país por un período continuo, o discontinuo, superior a 183 días en un año calendario, o en el año inmediatamente anterior al período al cual corresponda determinar el impuesto y tenga en el país el núcleo principal o la base de sus actividades o intereses económicos, de forma directa o indirecta.
También se presume la residencia, cuando su cónyuge no separado legalmente o sus hijos menores de edad que dependan de él hayan establecido su lugar de habitación o tengan vivienda principal en el país, o sean de nacionalidad venezolana. Admitiéndose como prueba en contrario la constancia expedida por las autoridades competentes en la cual se acredite que la persona ha adquirido la residencia para efectos fiscales en otra jurisdicción, siempre que sea distinta a una jurisdicción de baja imposición fiscal.
Otros países también tienen requisitos de residencia basados en los días de presencia en el estado. Esto se ha convertido en un problema mayor para los trabajadores remotos y los auditores.
¿Cómo protegerse?
Cuando se trata de la residencia a efectos fiscales, la documentación es importante. Así como los fiscales en España verifican escrituras y recibos de tarjetas de crédito, también lo harán los investigadores fiscales en otros países.
De modo, que la evidencia, como una licencia de conducir, o una póliza de responsabilidad civil, se puede usar para respaldar, o refutar, un reclamo de residencia. Lo mismo ocurre con los registros bancarios, y los recibo de pago de servicios por suscripción.
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