El pasado 7 de julio la cantante estadounidense Taylor Swift lanzó el álbum Speak Now (Taylor´s Version), su tercer álbum regrabado presidido por Fearless (Taylor´s Versión) y Red (Taylor´s Version) los cuales forman parte de la estrategia de la artista a la disputa que mantiene desde el 2019, por la adquisición de los masters, que conforman sus primeros 6 álbumes de estudio.
Para entender este caso tendríamos que irnos al año 2004, cuando una Taylor Swift de 14 años firmó su primer contrato discográfico con Big Machine Records, compañía disquera en manos de Scott Burchetta, en el que ella aceptó dar el derecho de grabación por sus primeros 6 álbumes de estudio a cambio de un adelanto en efectivo.
Aunque la cantante daba indicios de ser una promesa musical, poco se esperaban que resultaría en una de las estrellas musicales más exitosas del siglo XXI, creando entre el año 2006 y 2017 álbumes icónicos como lo son Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation. Para el año 2018 el contrato de la cantante y la discográfica llegaría a su fin, y con ello la artista le haría saber a Burchetta su intención de no renovar contrato y su intención de comprar los derechos de sus obras previas.
A mediados del año 2018, en conversaciones con Universal Music Group y Republic Records, la artista llegó a uno de los mejores acuerdos contractuales que un artista musical ha firmado hasta el momento, pavimentando el camino para artistas jóvenes, y enmendando los errores que por novata habría pasado por alto de adolescente. En el nuevo contrato establecería, el derecho de grabación de todos sus futuros proyectos, de igual forma el acuerdo incluye una provisión para que cualquier venta de acciones por parte de Universal Music Group a la plataforma de subscripción paga de música Spotify, “de cómo resultado una distribución de dinero a los artistas de su sello, no recuperable.“
Para Junio del 2019, Big Machine Records fue adquirida por Ithaca Holdings, pagando la suma de 330 millones de dólares, y como parte del acuerdo y atractivo de venta, estaría incluido el catálogo musical de Swift, que comprende (másteres, videos musicales y material artístico). Ithaca Holdings, es liderada por Scooty Brown, mejor conocido por ser el representante artístico de celebridades como Justin Bieber, Ariana Grande y Demi Lovato. Adicionalmente, como parte del trato comercial, Scott Burchetta formaría parte de la junta directiva.
Tomando en cuenta que originalmente a Big Machine Records le pertenecían los másteres de las grabaciones, de no poder llegar a un acuerdo, la cantante tenía un haz bajo la manga porque, al ser la compositora y escritora de la gran mayoría de su discografía, tendría el derecho de autor sobre la obra original.
Más tarde ese mismo año, Taylor Swift estrenaría Lover su séptimo álbum de estudio y primero con Universal Music Group y Republic Records, por lo que aprovechó y en su gira de medios, informó que, de acuerdo con su contrato previo “a partir de noviembre 2020, podría regrabar todos sus álbumes de estudio “. Noticia que no le agradaría a Brown y a Burchetta, quienes en repetidas ocasiones amenazarían a la cantante con no dejarla utilizar su música para presentaciones, documentales y proyectos ya estipulados, dándole, como única condición, olvidarse de regrabar los antiguos discos.
Swift decidió, por última vez, negociar con Brown la venta de su catálogo. Pero su insistencia no daría frutos, ya que, nuevamente, Scooty Brown vendería dicho material a otra firma de financiamiento, llamada Shamrock Holdings. Finalmente, en febrero del 2021, la cantante publicó Fearless (Taylor´s Version) su primer álbum regrabado.
Hasta el momento, Taylor Swift ha demostrado que el regrabar sus viejos álbumes, no solo fue la solución a la disputa legal con la que acarreo desde 2019, pero también que ha sido la mejor estrategia de mercadeo de su carrera, logrando recaudar con la primera regrabación Fearless (Taylor´s Version) 1.81 millones de dólares, a diferencia del homónimo Fearless lanzado en el año 2008 el cual recaudó solo 535,000 mil dorales. Adicionalmente, el incluir canciones inéditas que no vieron la luz en la década pasada, y el apoyo incondicional de su fanaticada, ha dado como resultado que las antiguas grabaciones hayan quedado rezagadas en el olvido, y las nuevas estén aún en las primeras listas de plataformas como Spotify y Apple Music.