En Australia, a partir de este lunes el no contestar a una llamada o correo electrónico después del horario laboral no constituirá una razón de castigo para los trabajadores, gracias a la entrada en vigor de la Ley del Derecho a Desconectarse.
La presente norma contempla que los trabajadores de las empresas con un mínimo de 15 empleados pueden optar por no contestar a los mensajes que reciban de sus superiores después de haber concluido su jornada de trabajo.
La ley fue aprobada por el Parlamento de Camberra en febrero del 2024, la cual sigue una línea similar a la dictada por normativas de índole similar provenientes de otros países como España o Francia.
Pasadas ocasiones turbulentas como la pandemia han sido las responsables de haber dotado de un nuevo significado el entorno laboral a nivel mundial.
La necesidad de definir los diferentes espacios vitales ha sido fundamental en la reivindicación internacional de una desconexión digital, motivada por la constante presencia de la tecnología. En años recientes, diversos gobiernos han integrado este principio en sus marcos legales. Este derecho a la desconexión ha llegado también a Australia, un país que se ha destacado por su enfoque innovador en políticas laborales.
En este aval al derecho al descanso, que recogen también otros países varios, la ley australiana presenta algunas excepciones. De hecho, la mediación en los casos donde un trabajador se niegue a atender una llamada considerada de emergencia por su empleador recaerá en la Comisión de Empleo Justo de Australia. Si la justicia fallara a favor del empleado, el empresario podría ser objeto de una multa de 18.780 dólares australianos (cerca de 11.388 euros), mientras que las empresas podrían enfrentar un castigo que ascendería a 93.900 dólares (unos 56.950 euros).
Con la utilización de dispositivos digitales inteligentes (como teléfonos inteligentes o laptops) fuera del entorno laboral imponiéndose como una nueva realidad transformadora, la opción de ejecutar diferentes tareas sin necesidad de presentarse en el centro laboral ha permitido una diversificación de la jornada de trabajo, hasta el punto de integrarse con la vida personal. Esta combinación, impulsada por algunas organizaciones, ha generado casos de estrés digital, denominado tecnoestrés, y de burnout, o síndrome del trabajador quemado, en muchos empleados que expresan sentirse permanentemente supervisados por sus jefes.
En Venezuela, no hay disposiciones específicas que regulen la desconexión digital, a diferencia de varios países en Europa y América Latina, donde se han establecido leyes u otras normativas que reconocen explícitamente este derecho.
A pesar de ello, el ordenamiento laboral venezolano contempla diversas disposiciones destinadas a limitar la jornada laboral y a garantizar que los trabajadores puedan disfrutar de su tiempo de descanso. Además, existen regulaciones como las COVENIN y otras normas técnicas inspiradas en el Derecho Comparado, junto con recomendaciones de la OIT y directrices de organismos públicos y privados, que impulsan la formulación de políticas relacionadas con el descanso digital y la adopción de normativas en el ámbito del Comité de Seguridad y Salud Laboral de las empresas.
