En Francia se presentó un proyecto de ley que requeriría aumentar gradualmente los precios de las plataformas que venden miles de prendas nuevas a precios económicos diariamente.
La Cámara Baja del Parlamento francés aprobó un proyecto de ley para aplicar sanciones a los productos de moda ultrarrápida, como los vendidos por la empresa china Shein, con el fin de compensar su impacto medioambiental. La normativa contempla la imposición de un recargo medioambiental de 5 euros por prenda a partir del 2025, aumentando a 10 euros hasta el 2030, sin superar el 50% del precio del artículo. Además, se establece la prohibición de la publicidad de estos productos, marcando un hito significativo en la lucha contra la moda rápida y sus consecuencias ambientales.
Todos los legisladores votaron unánimemente a favor del proyecto, el cual pasará al Senado antes de convertirse en ley. Es importante destacar, que la moda rápida se enfoca en producir prendas al por mayor lo más rápidamente posible para seguir las tendencias actuales, lo cual ha generado un impacto medioambiental.
Christophe Béchu, Ministro francés de transición ecológica y desarrollo sostenible declaro al diario francés Le Figaro que “El problema de estas plataformas es que su número de referencias es apabullante, y sus productos pueden estar fabricados con un 95% de plásticos”, asimismo añadió que esta medida, tiene el objetivo “reconstruir la industria textil francesa”.
El proyecto de ley aún está pendiente de aprobación por el Senado, sin embargo, los legisladores franceses resaltan su carácter innovador, ya que convierte a Francia en el primer país del mundo que «legisla para limitar los excesos de la moda ultrarrápida», según lo afirmado por Bechu.
La propuesta establece que el volumen de producción de ropa y la rapidez con la que se facturan las nuevas colecciones serán considerados como criterios para definir qué es de moda rápida y qué marcas podrían estar sujetas a esta clasificación, lo que a su vez las haría susceptibles a ser reguladas por la posible ley.
La aprobación de este proyecto de ley, demuestra un compromiso activo en abordar el impacto medioambiental de los productos de moda ultrarrápida, como los comercializados por Shein. Con la propuesta de incrementar gradualmente las multas y prohibir la publicidad de estos artículos, se busca fomentar prácticas más sostenibles en la industria de la moda. La votación unánime respalda firmemente estas medidas, que ahora deben ser consideradas por el Senado para su posible conversión en ley.
Es necesario destacar que el fenómeno del fast fashion ha cambiado los hábitos de compra de muchas personas, aumentando la rotación de colecciones de ropa y duplicando la producción y el consumo de prendas. Aunque esto ha permitido un abaratamiento de la ropa, también ha traído como consecuencia un impacto negativo en el medio ambiente y en la salud de la población.
Así mismo, recordamos que la segunda industria más contaminante para el medio ambiente es la textil, la cual viene después de la petrolífera. La mayoría de las etiquetas de ropa no proporcionan suficiente información sobre las materias primas y el proceso de fabricación por tal motivo los consumidores desconocen el impacto que causa la ropa sobre el medio ambiente, el uso de materiales como el poliéster o la poliamida debido a su bajo costo ha contribuido a la contaminación al igual que el algodón, debido a las numerosas etapas involucradas en la fabricación de prendas.
En Venezuela, no existe ninguna ley que regule el impacto que tiene el “fast fashion” sobre el medio ambiente, pero nuestra carta magna en su artículo 117 establece el derecho de todas las personas a disponer de bienes y servicios de calidad, a recibir información veraz sobre los productos y servicios que consumen, a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno.
De igual manera el etiquetado en calzado y prendas de vestir es obligatorio según el reglamento técnico de SENCAMER, este debe incluir información mínima como el nombre, denominación o razón social del fabricante nacional o importador, marca comercial, la leyenda «Hecho en Venezuela» si la prenda es elaborada en el país, lista de componentes del producto, instrucciones sobre el cuidado de la prenda, número de RIF del solicitante y número de Registro SENCAMER.
Además, la empresa debe cumplir con la Ley de Gestión Integral de la Basura, la cual regula la reducción, recolección, aprovechamiento y disposición final de los desechos de manera sanitaria y ambientalmente segura. Esta ley establece que los responsables de importar, fabricar o distribuir productos que generen residuos sólidos deben tomar medidas para prevenir y reducir su generación. Por consiguiente, se plantea la implementación de un programa para reciclar desechos textiles y fabricar subproductos. Esto no solo reducirá la cantidad de residuos generados, sino que también generará nuevas fuentes de ingresos para la empresa.
Con respecto a otros tipos de desechos como papelería, hilos, empaques, entre otros; se debe manejar por el personal responsable y cumplir los deberes mencionados en el Artículo 34 de dicha ley, los cuales destacan: el manejo de estos residuos y desechos de manera segura, con el fin de evitar daños a la salud y al ambiente; realizar la segregación inicial de los mismos conforme se indique en el Plan Municipal de Gestión y Manejo Integral de Residuos y Desechos Sólidos y la normativa técnica; realizar el acopio de los residuos y desechos sólidos mediante el uso de un depósito temporal, contenedores o recipientes adecuados para los tipos de residuos y desechos sólidos y colocarlos en los sitios, días y horarios definidos comunalmente para facilitar el servicio de recolección.
La aprobación de este proyecto de ley en Francia, es un paso significativo en la lucha contra los excesos de la industria de la moda, a pesar de que este proyecto busca promover prácticas más sostenibles, es necesario evaluar el impacto que generaría en términos económicos y sociales.
En nuestro país, si bien existe un marco legal general para abordar los residuos sólidos y promover la calidad en el suministro de bienes y servicios, se requiere una mayor atención a las prácticas sostenibles en la industria textil. La implementación efectiva de regulaciones específicas para el «fast fashion» y una mayor transparencia en cuanto a materiales y procesos, ya que, esto podría fomentar un cambio significativo hacia una moda más sostenible en Venezuela.