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martes, diciembre 24, 2024

La libertad de expresión en Alemania se ve interpelada gracias a la frase “Desde el río hasta el mar”

El pasado martes una manifestante de una protesta propalestina fue condenada a pagar 600 euros de multa por un tribunal en Berlín por llevar consigo en público la consigna “desde el río hasta el mar, Palestina será libre” (From the river to the sea, Palestine will be free), poniendo en discusión entre sus habitantes la libertad de expresión en dicho país en medio del conflicto geopolítico actual.

Esto, en medio del conflicto entre Israel y Palestina, avivó el debate respecto a la libertad de expresión en Alemania, país que considera razón de Estado (un concepto que se refiere al uso de medios excepcionales por parte del Estado para mantenerse en situaciones de necesidad) la protección del Estado judío como resultado de su obligación derivada del Holocausto.

Dicho lema ha sido utilizado constantemente por protestantes en repudio a Israel en la problemática, y viene a significar geográficamente la gobernación de la región entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo por un gabinete palestino.

Se trata, según medios alemanes, de la primera condena que se da gracias al uso de una frase política que ha tenido con sí una gran polémica detrás que ha abierto el debate y la discusión en torno a su significado.

La historia detrás de la frase y la protesta donde tuvo lugar

La resolución subraya que la manifestación, que tuvo lugar el 11 de octubre del año anterior, se llevó a cabo solo cuatro días después de los ataques perpetrados por el grupo islamista palestino Hamás contra Israel, el 7 de octubre.

Para el tribunal, el contexto anterior en el cual fue pronunciada la frase por la estudiante de 22 años, Ava M. es clave, ya que “le preocupaba la estrecha conexión temporal con el ataque”, según señaló un portavoz de El País. Al mismo tiempo, éste acotó que la anterior solo podía ser entendida como una negación al derecho de existencia de -el Estado de- Israel y un respaldo al ataque sobre el mismo.

El evento en el que participó Ava M. tuvo lugar en el diverso barrio de Neukölln, ubicado en el este de la capital, en las proximidades de la Sonnenallee, una calle conocida por sus numerosos restaurantes árabes y que ha sido el centro de las manifestaciones pro-palestinas desde los ataques del 7 de octubre. Aproximadamente 60 manifestantes se congregaron cerca del instituto Ernst Abbe, donde entonaron el lema “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre”. La Policía identificó a Ava M., de origen germano-iraní, quien no posee antecedentes y se manifiesta “a favor del cese de la guerra, la ocupación y la violencia”, así como en contra de “todo tipo de sexismo, racismo y antisemitismo”, según lo informado por sus abogados a la prensa alemana.

La acusada sostuvo en el recurso que presentó que la protesta se centraba en la violencia en las escuelas, dado que dos días antes había ocurrido un altercado entre un profesor y un estudiante del centro debido a una bandera palestina. La defensa legal argumentó que el lema que se coreó refleja «el deseo de paz» y que, además, la consigna es ambigua, lo que la protege bajo el derecho a la libertad de expresión. La defensa solicitó su absolución, argumentando que el lema posee una historia larga y compleja, que es anterior a Hamás, y que su interpretación varía según el contexto en el que se utilice.

El tribunal, por su parte, no tomó en cuenta los argumentos de Ava M. y prefirió dar más credibilidad a las declaraciones de dos agentes de policía que manifestaron no haber escuchado ninguna referencia a la violencia en las aulas. “La cuestión palestina fue la que predominó”, señaló uno de ellos, según lo reportado por el diario local Berliner Zeitung. El fiscal argumentó que el eslogan legitima el ataque mortal de Hamás contra la población israelí y que la intención al corearlo fue apoyarlo.

Las leyes sobre la libertad de expresión en Alemania y qué se puede aprender desde el contexto venezolano

Semanas atrás, un tribunal en Mannheim, en el oeste de Alemania, juzgó un caso análogo, pero el veredicto fue opuesto. Los magistrados determinaron que la consigna no es un delito, dado que la frase permite múltiples interpretaciones. En el caso de Berlín, en cambio, se ha invocado un artículo del Código Penal alemán (el 140) que considera a la estudiante culpable de apología de actos criminales. Por ello, se le impondrá una multa diaria de 15 euros durante 60 días.

El artículo 140 del Código Penal alemán castiga con hasta tres años de prisión y una multa a quien apruebe públicamente las guerras de agresión:

“Quien 1. recompense o 2. apruebe de una manera que sea apropiada para perturbar la paz pública en alguna reunión pública o por medio de la divulgación de publicaciones (§ 11 inciso 3) alguno de los hechos antijurídicos nombrados en el § 138 inciso 1 numeral del l al 5 y en el § 126 inciso 1, después de haber sido cometidos o de haber sido intentados en forma punible, será castigado con pena privativa de la libertad hasta tres años o con multa”

Recordamos de igual manera la ocasión en la que el ministro de Justicia de Baviera, Georg Eisenreich, afirmó: «Todo el mundo puede expresar su opinión en Alemania», pero «la libertad de expresión termina donde empieza el código penal».

En Venezuela, la libertad de expresión está protegida por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, particularmente en el artículo 57, que establece:

«Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura.»

De manera similar con el artículo 140 del Código Penal alemán, el Código Penal venezolano también tiene disposiciones que pueden limitar la libertad de expresión en casos donde se perciba que dicha expresión promueve el odio, la violencia, o atenta contra el orden público. Un artículo relevante en comparación con el caso alemán podría ser el artículo 285, que penaliza la instigación pública:

«Quien instigare a la desobediencia de las leyes o al odio entre sus habitantes o hiciere apología de hechos que la ley prevé como delitos, de modo que ponga en peligro la tranquilidad pública, será castigado con prisión de tres años a seis años.”

En ambos países, el contexto en el que se produce una expresión es determinante para evaluar si esta está protegida por la libertad de expresión o si puede ser considerada un delito. En Alemania, el tribunal analizó el contexto específico de los recientes ataques de Hamás y determinó que la frase repetida por la manifestante podría ser vista como una apología de la violencia y una negación del derecho de Israel a existir. En el caso de Venezuela, un tribunal podría llegar a una conclusión similar si considera que una expresión promueve el odio o la violencia en un contexto político o social sensible.

A lo largo de la historia venezolana, la sociedad ha sido testigo de casos análogos al contexto alemán, en donde el legislador siempre ha buscado la defensa de los derechos y garantías contemplados en la Constitución previamente mencionados. 

De cualquier forma, el panorama actual del medio oriente sirve de lección a grandes rasgos sobre los mecanismos que pueden interferir (y que en ambos países se ha dado) en el discurso colectivo, y cómo de una simple frase puede desprenderse, sobre todo en los momentos de crisis, eventos mayores con raíces en consignas o causas

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