Desde finales de agosto, en Namibia las temperaturas han estado en constante ascenso, llegando a alcanzar temperaturas de 35 grados Celsius: la sequía ha tomado el suroeste africano.
Los especialistas señalan que la severa escasez de precipitaciones se debe al fenómeno climático de El Niño, el cual ha tenido un impacto particularmente intenso en el presente año. Hace algunos meses, Namibia, junto con Zambia, Zimbabue y Malawi, proclamaron el estado de emergencia a causa de la prolongada sequía.
En un acto que ha suscitado controversia, el gobierno namibio ha decidido brindar apoyo a la población rural permitiendo la caza de más de 700 animales salvajes que deberían estar bajo un régimen de protección especial en los parques nacionales.
Entre los animales que se podrán cazar se encuentran elefantes, antílopes, búfalos, cebras y ñus, siendo la mayoría de ellos cazados por profesionales. El Ministerio de Medio Ambiente de Namibia ha declarado que cerca de la mitad de la población del país, aproximadamente 1,4 millones de personas, se encuentra en una situación crítica debido a la escasez de alimentos y agua.
Con el fin de hacer frente a las severas consecuencias de la sequía, el gobierno de Namibia ha decidido adoptar medidas drásticas. Un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente ha señalado que muchos animales salvajes están en riesgo de morir por la escasez crítica de agua en varias regiones. Al eliminar a algunos de estos animales, se evita su muerte por sed, lo que contribuye a aumentar las posibilidades de supervivencia de los restantes.
La falta de agua y alimentos ha deteriorado la relación entre seres humanos y animales. Cada vez más, los animales se adentran en los asentamientos humanos, lo que representa un riesgo para la población local en su afán de encontrar agua.
Existen iniciativas para ofrecer la carne de los animales sacrificados a la población rural necesitada de Namibia. Las autoridades han comenzado a implementar estas acciones. Hasta la fecha, se han cazado más de 150 animales, y se informa que se han repartido aproximadamente 57 toneladas de carne a las comunidades cercanas a las áreas de conservación impactadas.
No obstante, la caza selectiva de fauna silvestre ha generado una fuerte reacción de desaprobación por parte de las organizaciones que defienden los derechos de los animales. La organización no gubernamental Elephant-Human Relations Aid (EHRA), que promueve la convivencia armoniosa entre elefantes y seres humanos, ha afirmado que esta acción representa el «sacrificio masivo de animales salvajes más significativo en la historia de Namibia».
El grupo ha lanzado una petición pidiendo al gobierno que detenga el proyecto y desarrolle soluciones alternativas. Afirma que el ministerio no ha evaluado suficientemente el impacto que tendrá la caza de animales salvajes en la economía y el sector turístico de Namibia.
La EHRA denuncia que el gobierno permite a los cazadores de trofeos abatir ciertos animales a cambio de una compensación económica, un hecho que ha sido confirmado por el Ministerio de Medio Ambiente de Namibia. Sin embargo, destaca que la suma obtenida, que equivale a cerca de 500.000 euros (552.000 dólares), será utilizada para optimizar el suministro de agua en los parques nacionales de Namibia.