Una nueva ley recientemente decretada en India establece que aquellos hombres que, tras mantener relaciones sexuales con una mujer, incumplan de manera engañosa sus promesas de matrimonio podrían ser castigados con penas de hasta 10 años de cárcel, en un contexto en el que la legislación india clasifica esta acción como una forma de abuso sexual muy común, pero frecuentemente ignorada.
A pesar de esto la nueva ley ha asimismo despertado dudas sobre su aplicación, si corre el riesgo de criminalizar las rupturas y, sobretodo, si puede proteger verdaderamente a las mujeres de la explotación sexual.
Narendra Modi, primer ministro de la India, a principios de julio introdujo un nuevo código penal que sustituye al antiguo código penal indio perteneciente a la época colonial, el cual llevaría ya 164 años de antigüedad para la fecha.
Según el artículo 69 del nuevo estatuto, se considera un delito mantener relaciones sexuales con una mujer bajo la promesa de matrimonio, si no existe la intención genuina de llevarla a cabo, o utilizando artimañas engañosas, como la promesa falsa de un ascenso profesional o el matrimonio bajo una identidad ficticia. La pena que conlleva este delito implica 10 años de cárcel y multa.
Aún así, el concepto que presenta esta nueva ley no es algo nuevo, ya previamente se han dado casos en tribunales por parte de un gran número de mujeres donde acusan a los hombres de manipularlas usando promesas de matrimonio como excusas para tener relaciones sexuales.
Audrey Dmello, directora de la organización no gubernamental Majlis Law, que se dedica a la promoción de los derechos de la mujer en India, expresa su apoyo a la nueva normativa. Sostuvo igualmente que los casos de violación que se producen bajo la «promesa de matrimonio» no son denunciados y que es esencial enfrentarlos a través de la legislación adecuada.
Las incoherencias presentes en las sentencias
Con los dictámenes del antiguo Código Penal, los tribunales dictaban que el mantenimiento de relaciones sexuales bajo falsas promesas era no consensual. Esto daba paso a condenas por violación.
Ante esto, la nueva ley ha intentado abordar este asunto en casos de “promesas de matrimonio”, muy a pesar de las sentencias incoherentes dictaminadas por los jueces.
En el año 2019, la Corte Suprema consideró un caso en el que la demandante denunció una violación tras haber tenido una relación amorosa y sexual extensa con el demandado, quien luego manifestó sus reticencias a casarse por razones relacionadas con diferencias de casta, según se documenta en los archivos judiciales.
Finalmente, el hombre fue absuelto, y el tribunal estableció que una promesa no cumplida es distinta de una promesa matrimonial falsa: el hombre debía haber hecho la promesa sin la intención de llevarla a cabo desde el principio. La corte concluyó que, al continuar la mujer con la relación a pesar de conocer los obstáculos para el matrimonio, esto no se consideraba una violación.
Vale hacer la acotación: aunque fuera abolido el sistema de castas en 1950, la jerarquía preexistente de hace 2.000 años aún sigue en pie en la sociedad india. El sistema de castas en dicho país es uno que clasifica al nacer a cada hindú: define su posición social en la vida, los trabajos a los que pueden dedicarse y con quién pueden casarse.
No obstante, en el mismo año, el tribunal supremo de India emitió un fallo diferente en un caso análogo. Ratificó la condena por violación de un médico en el estado central de Chhattisgarh, quien mantuvo relaciones sexuales con una mujer tras prometerle matrimonio, pero posteriormente incumplió su promesa y contrajo matrimonio con otra persona, de acuerdo con los documentos judiciales.
En este otro caso, la condena que le fue imputada al individuo fue de 10 años de prisión y una multa de 50.000 rupias (unos US$ 600).
Según el abogado residente en Benarés, Tanvir Siddiki, estas sentencias diferentes demuestran que «incluso los jueces están confundidos».
Distinciones polémicas
Aunque algunos abogados distinguen los casos de “promesa de matrimonio” de los de violación, otros abogados sotienen que los criterios siguen siendo vagos.
Muchos han interpelado las cuestiones sobre la aplicación de esta ley, sosteniendo que es complicado demostrar a los tribunales factores influyentes como el engaño o la intención de casarse.
Gopal Krishna, abogado de Benarés y coordinador jurídico de una ONG local para mujeres, Guria India, cuestionaba esto: “De qué manera se puede evidenciar la intención de un individuo? En la realidad, incluso si se presentara una circunstancia de este tipo, el acusado únicamente revelaría sus verdaderas intenciones a su confidente, sin comunicárselas a la víctima”.
De acuerdo con el código penal anterior, las víctimas de violación, incluidas las que se daban en el contexto de «promesa de matrimonio», tenían que someterse a exámenes médicos, un procedimiento que ha sido suprimido en la nueva clasificación de casos.
Las opiniones de la juventud india acerca de la nueva ley
Varios jóvenes en India han manifestado su duda respecto a la relevancia de la legislación en el contexto actual del país, que se torna cada vez más progresista. Las tradiciones de los matrimonios concertados y las actitudes tradicionalmente conservadoras hacia las citas y el sexo prematrimonial están experimentando transformaciones, especialmente en las comunidades urbanas y de clase media.
Muchos cuestionan la relevancia de una nueva ley en un país donde las actitudes hacia las relaciones y el sexo están cambiando, especialmente en áreas urbanas. Las antiguas normas conservadoras están siendo desafiadas, y la gente ahora considera otras formas de relacionarse sin necesariamente enfocarse en el matrimonio.
También se debate sobre la función de la ley en situaciones donde hay relaciones sexuales consensuadas entre adultos, y se sugiere que el consentimiento mutuo debería ser lo primordial. A pesar de la preocupación en torno a posibles abusos de la ley, algunos sostienen que esta normativa podría ofrecer una mayor equidad entre hombres y mujeres en la sociedad actual.